Ha desaparecido, el ya no está.
Desapareció, simplemente se fue, sin ningún tipo de explicación.
A veces pienso que tan solo fue un sueño, un hermoso sueño del que no quiero despertar, un hermoso sueño del que sin querer darme cuenta parece que ya cae en el olvido. Pero algo me dice que es real, algo tan intenso que permanece ahí, escondido en algún rincón oculto de mi corazón.
No quiero olvidarle y se que jamás lo haré. No quiero perderle, pero creo que ya lo he hecho. Le echo de menos, creo que él a mi no. Pensaba que le importaba, aunque fuera un poco, pero ya veo que no...
Solo quiero ser feliz, él era y me encantaría que siguiera siendo la razón de mis sonrisas. Tan solo quiero que vuelva, que todo vuelva a ser como antes. Como los primeros días, en los que mi verdad no era inconveniente para fantasear con tonterías que nos hacían reír durante horas, en los que me prometía que nada cambiaría nunca. ¿Y por qué ahora si?
Nunca me hice ilusiones, porque agarrarme a falsas esperanzas sin sentido es una dolorosa pérdida de tiempo, porque siempre supe que nuestros objetivos eran, y siguen siendo, distintos, pero eso no iba a afectar, se suponía...
Ahora solo quiero que regrese, un simple saludo amistoso por su parte podría alegrarme el día mas triste, pero se que eso ya no llegará, ¿o si?
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